Carusel Blog
6 octubre 2020

Visita Virtual a la Sala de Pabellones del Museo Hermitage

Sala de Pabellones y Jardines del Hermitage
El museo Hermitage es una tesorería divina del arte, posee obras maestras de todos los tiempos, escuelas y corrientes de arte mundial, ¡son más de 3 millones! Este museo es el orgullo verdadero de Rusia y de todo el mundo, sin duda es el patrimonio de la humanidad.

Ya te hemos contado sobre unas de sus joyas. Hoy es la hora de hablar de las mismas salas que contienen estas obras maestras invaluables. Aun si no te interesa mucho la pintura, las majestuosas salas de estado del museo no te dejen indiferente. Hoy te cuento solo de la una, que merece la atención especial. Aparte de ser una sala preciosa y ricamente decorada, es crucial para la historia del museo.

Se llama la Sala de Pabellones, cada centímetro cuadrado de esta sala ¡es el arte puro! Y está estrechamente vinculada con la fundación del museo y la emperatriz Catalina II.

En este post descubrirás de las reglas curiosas de Catalina para sus invitados privados, el último gran baile de Romanov, mosaicos, reloj con pavo real y las fuentes de Bajchisarái.
Plaza del Palacio del cielo
La parte principal de la colección enorme del museo se encuentra en un complejo formado por seis edificios situados a la orilla del río Nevá. El más importante y famoso es el Palacio de Invierno, la residencia oficial de los zares rusos.

El resto del complejo arquitectónico está formado por cinco edificios del Hermitage Pequeño, Grande o Viejo, Nuevo y Teatro de Hermitage. Además, en el otro lado de la Plaza del Palacio está el Edificio del Estado Mayor, cuya ala oriental forma la parte del museo también con la colección de las obras impresionistas y post impresionistas.

Más allá, el Palacio de Ménshikov, Palacio de Invierno de Pedro el Grande, Museo de la Porcelana y el Centro de Restauración y de los Fondos museo
s son todos las partes integrales del Museo Estatal del Hermitage.
Retrato de Catalina II
Catalina II de Rusia o Catalina la Grande fue la emperatriz y autócrata de todas las Rusias durante 34 años del siglo XVIII (1762 - 1796). La Princesa Alemana nacida en Pomerania, Sofía Federica Augusta de Anhalt-Zebst, bautizada luego con el nombre de Catalina (o Ekaterina) Alekséyevna llegó a Rusia en la edad de 15 años, como la novia y la futura esposa del zar Pedro III.

Subió al trono en resultado de un golpe de estado y de asesinado de su esposo en 1762. Durante su largo y exitoso reinado el Imperio Ruso se extendía muchísimo sus límites, absorbió a la región del norte del Mar Negro, Crimea, región de Kuban, Georgia Oriental, Lituania, Livonia, Belorusia y Curlandia. Creció seriamente la población, el país alcanzó el desarrollo cultural y político fuerte, obtuvo el reconocimiento internacional como uno de los países más poderosos de Europa.

Solo un año después de ascender al trono la emperatriz joven inició la creación de su propio museo, una pinacoteca coleccionada a su gusto. Esta colección primera estaba situada en las habitaciones privadas de Catalina, llamadas el Hermitage. Este nombre que luego se tituló el museo completo, proviene de francés y significa el refugio del ermitaño.

El primer Hermitage de la emperatriz era el pabellón de 2 pisos, construido por Jean-Batiste Vallin de la Mothe en 1765 al lado del Palacio de Invierno. El refugio de Catalina consistía de una sala grande, unos despachos pequeños y jardín colgante con el invernadero grande. En estas cámaras escondidas, cuyas paredes habían decoradas con pinturas, rodeada por sus seres queridos y de confianza la emperatriz pasaba sus horas libres en charlas y discusiones. Al entrar el Hermitage los invitados tenían que seguir las reglas escritas por Catalina personalmente, que no coincidían con las normas tradicionales del corte.
Edificio del Hermitage Pequeño
Edificio del Hermitage Pequeño

Las normas del Hermitage resaltaron la igualdad de los invitados. Por ejemplo, se suponía que en estas cámaras privadas todos los rusos tenían que hablar ruso entre sí; estaba prohibido levantarse a la llegada de la emperatriz.


Los invitados tenían que:

dejar todos sus rangos afuera de las puertas, así como sus sombreros y espadas

ser alegres, pero no estropear nada, ni romper y ni morder

se permitía sentarse, ponerse de pie, caminar a donde quiere, a pesar de la presencia de cualquiera persona, incluso la emperatriz

hablar tranquilo, para que no duelan los oídos y las cabezas de los demás

Y la regla más importante era:

guardar todo lo discutido y pasado en estas cámaras en privado, sin salir por las puertas.


Incumplimiento de estas reglas se castigaba por las multas. El delincuente (igual hombre o mujer) tenía que tomar un vaso de agua fría y leer o aprender de memoria una página de Telemakiada (poema de Trediakovsky). Pero el quien incumple la última regla del secreto ¡no podia entrar el Hermitage ni una vez más!

Para guardar los secretos y evitar la difusión de los rumores, el acceso al Hermitage era prohibido para cualquier otra persona, incluso los criados. Por eso Catalina y sus invitados usaban la mesa mecánica que subía y bajaba la sala ya servida, sin presencia de otra gente. Esta mesa estaba en la sala hasta el fin del siglo XVIII, pero actualmente se puede ver la mesa parecida en el pequeño museo del Hermitage de Peterhof.

Exactamente en estas cámaras privadas Catalina discutía con sus consejeros las obras que pensaba comprar para su museo. Poco a poco la colección había crecido tanto que requería otro edificio. Hasta ajora se conservan solo las paredes exteriores del pabellón inicial de Catalina que fue ampliado por el arquitecto Yuri Felton (1773-1775) quien conectó el pabellón de Hermitage con el otro pabellón residencial por las galerías a ambos lados del jardín colgante. Así completó la composición arquitectónica del Hermitage Pequeño y la colección creciente obtuvo más espacio.

Según la moda de aquel tiempo los cuadros estaban puestas a las paredes muy apretado en 5-6 filas, cubriendo todo el espacio como una alfombra colorada. Los colgaban tal como le gustaba a la dueña sin respeto a la época y escuela de pintura, poniéndolos juntos por sus colores y a menudo reemplazaban un cuadro por el otro "más famoso".
Sala de Pabellones a mediados del siglo XIX. Acuarelas de Eduard Hau
Sala de Pabellones a mediados del siglo XIX. Acuarelas de Eduard Hau

La Sala de Pabellones en el siglo XIX

Luego, en 1858/59 otro maestro famoso Andréi Stackenschneider cambió el interior de la sala con arreglo a la moda nueva a la orden de Nicolás I. Desde entonces tenemos la sala maravillosa, llena de aire y cristal como la vemos ahora. El unía todas las salas viejas en una sala espaciosa, llena de luz.

Creyendo la sala nueva el arquitecto talentoso se mantuvo la estructura del espacio previo. En lugar de la pared que separaba la sala principal del antiguo jardín, Andréi Ivánovich erigió una columnata doble basada en las estructuras viejas, y en lugar de los paredes que separaban las cámaras privadas, instaló pórticos de dos columnas, todo de mármol blanco nieve.

En concordancia del estilo de eclecticismo el creador mezclaba allí motivos de la Antigüedad, el Renacimiento y el Oriente. Todo el espacio de la sala está decorado de mármol tallado y oro, y unido por las columnas y arcos bien proporcionadas. Junto con 28 enormes candelabros de cristal, mosaicos y fuentes todo crea aquí la atmósfera de un palacio oriental fabuloso.

Fuentes de Bajchisarái en Hermitage
Fuentes de Bajchisarái

La sala está decorada con cuatro fuentes de mármol, son las variaciones de la "Fuente de las lágrimas" del Palacio de Bajchisarái en Crimea. Las gotas de agua que caen a las conchas de mármol como las lagrimas de Gran Kan de Crimea aumentan la mágica atmosfera oriental.

Además, la sala tiene la acústica muy buena, la usaban para las recepciones y bailes imperiales, muy lujosos. Mientras tanto en las balcones y galerías del segundo nivel, a donde ahora no podemos entrar, se ubicaban los músicos y los invitados paseaban por estas galerías descansando de los valses y mazurcas.

La sala siempre ha sido muy moderna, entre las primeras del palacio entero con la iluminación eléctrica que apareció ahí en los años 1883/4.

Fotos retocadas en color de Moya Planeta: Nicolás II y Alexandra a la izquierda, Zinaida Yusupova a la derecha
Fotos retocadas en color de Moya Planeta: Nicolás II y Alexandra a la izquierda, Zinaida Yusupova a la derecha

Baile de máscaras de 1903

Uno de los bailes imperiales más famosos tuvo lugar en esta sala, me refiero al Baile de máscaras de 1903. Era uno de los últimos bailes de la familia real rusa.

El baile de máscaras marcaba el fin de Adviento y fue un baile durante el cual toda la nobleza del Imperio ruso estuvo presente con trajes de la época antes del Pedro I. Estos trajes que podemos ahora ver en las fotografías (solo algunos se mantienen en el Hermitage hoy), son valiosas obras de arte. El vestuario para el baile fue creado por el artista Sergei Solomko y con la ayuda de consultores. ¡Cada uno costó una fortuna! Los contemporáneos notaron también la gran cantidad de joyas que decoraban a los invitados.

Este baile se considera como la fiesta más famosa de San Petersburgo del reinado de Nicolás II. En el teatro de Hermitage había un concierto de ballet y ópera rusa con la participación de Fiódor Chaliapin y Anna Pávlova y luego el baile tuvo lugar en la Sala de Pabellones donde todos los invitados en los disfraces históricos bailaban los bailes rusos - ¡imagina que esplendor!

Un año después, en 1904 El Álbum del Baile de máscaras en el Palacio de Invierno fue emitido. Contiene 21 heliograbados y 174 fototipias. Las copias se distribuyeron por una tarifa con fines benéficos, principalmente entre los participantes del baile.

Sala de Pabellones Hermitage
Foto de Y. Molodkovets

Mosaicos de la Sala

En esta sala no hay pinturas, pero cada su rincón es el arte. Está ricamente decorada con los mosaicos bizantinos y florentinos. Allí se encuentran las mesas con encimeras incrustadas de esmalte y de piedras semipreciosas, el retrato y paisajes hechos de mosaico.

Aunque lo más interesante está instalado en el piso, bajo las ventanas, dirigidas al Jardín colgante – es el mosaico precioso, una copia del piso antiguo encontrado durante las excavaciones de 1780, cerca de Roma. Presenta las escenas mitológicas con la cabeza de Medusa en el centro. Es la copia de tamaño medio del piso original de las termas romanas de Ocriculum. La copia había hecha en 1847-1851 en Roma por los mosaicos rusos, estudiantes de la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo: V. Raev, I. Shapoválov, S. Fédorov y F. Sólntsev.

Otra copia más pequeña de este mosaico también está en la sala, es la mesita preciosa. Aquí en la mesita los artistas rusos podían mostrar su arte al máximo, las esmaltas son tan pequeñas que casi no puedes detectarlas, por eso este mosaico parece más la pintura.

Reloj Pavo Real Hermitage
Foto del Museo Hermitage

Reloj Pavo Real

La pieza más famosa de la Sala de Pabellones y probablemente una de las más populares del museo entre los visitantes de todas edades y naciones es el reloj "Pavo real". El reloj, creado en Inglaterra por el maestro James Cox, fue comprado para Catalina II por el príncipe Grigori Potemkin - un estadista, militar y político ruso. Potemkin también era uno de los numerosos amantes de Catalina y su marido morganático.

Este reloj curioso se puede considerarse como el símbolo de aquellos tiempos galantes, cuando la vida parecía una aventura teatral y la nobleza preferiría todo con secretos e intrigas, como los mecanismos especiales de esta obra mecánica.

El reloj está en una jaula de cristal que se compone perfectamente bien con las cristales y mosaicos relucientes de la sala. En esta jaula hay un roble y varias figuras de pájaros y ardillas, todos dorados. En el centro de este grupo está un pavo real, que durante el sonido del reloj gira, extendiendo su cola tupida, y mueve su cabeza. Uno por otro todos sus vecinos empiezan a moverse - el búho gira la cabeza y parpadea, el gallo abre su pico y canta.

Para determinar el tiempo, hay que mirar al hongo ubicado bajo de árbol. Dentro de su sombrero hay dos discos que giran uno encima del otro, y en la ranura se puede ver los números inscritos.

Durante el transporte a Rusia de Inglaterra en 1777 en piezas desmontadas, el mecanismo fue dañado y necesitaba la reparación. La reparación estaba hecha por Iván Kulibin, un mecánico e inventor ruso. Desde entonces este reloj único está funcionando, y el Pavo Real dorado abre su cola todos los miércoles a las 20:00 (tiempo puede cambiar).

Según los expertos del Hermitage, el pavo real es el único gran autómata del siglo XVIII en el mundo que ha llegado a la actualidad sin cambios.
Aquí puedes ver el video del reloj mágico, pero seria mejor venir a San Petersburgo y verlo en acción rodeado por la belleza de mármol y cristal de la Sala de Pabellones. ¡Es un espectáculo maravilloso «Oda a la Alegría»! Y eso es solo una sala del Hermitage de que te he contado hoy, imagínate que riqueza y belleza hay en las otras….
Mira nuestros tours de Hermitage y otras publicaciones sobre la colección del Hermitage, como Las Danaes y Madonnas de Da Vinci.

Si quieres saber más, escríbeme y por supuesto ven a San Petersburgo, ¡porque ningún relato puede reemplazar la experiencia y impresión viva del arte!

Si no puedes llegar ahora, hay un recorrido de Hermitage de 5 horas grabado en una sola toma con IPhone 11 y otras visitas virtuales del Hermitage que puedes encontrar en otra publicación de nuestro blog.



Texto Karina Carusel Tours
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